En el cielo te leen poemas y en el infierno te los explican, por Verónica García Rodríguez

viernes, 21 de noviembre de 2008


Inició el Seminario Internacional de Fomento a la Lectura, en el marco de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ) 2008, titulado “La experiencia lectora”.
Michele Petit, dio inicio a la jornada, que durará hasta el 20 de noviembre, con la conferencia “Sentir y transmitir. El arte de los mediadores de lectura en contextos de crisis”.
A largo de su charla, la investigadora francesa giró sobre ideas que resultan familiares para todos los lectores y promotores de lectura, ya que, como ella misma dice, su investigación sobre la lectura no es más que compartir la experiencia hacia el exterior, y en este punto el diálogo se abre a cualquiera que guste de leer.
Entre otras cosas, refiriéndose las dificultades que se presentan para la socialización de la lectura, dijo: “Ver a alguien leer genera recelo entre aquellos que no han tenido la oportunidad de descubrir la lectura, ya que ésta se convierte en un don para quien la realiza: El don de ver más allá de las apariencias, y esto puede revelar secretos. Por eso, instituciones como la Iglesia y la escuela, han querido controlar esta experiencia que es totalmente imprevisible. Han optado por la repetición, hacer de la lectura una actividad rutinaria”.
“La pedagogía ha querido controlar la experiencia lectora, conducirla hacia un fin establecido, con esto se pierde la oportunidad de que los niños y jóvenes descubran el placer de leer, y por lo contrario, se genere el mito de que leer es aburrido”.
“Bourdieu señala que ‘la escuela destruye el conocimiento popular’, de esta manera pretende imponer a los niños una manera de ver el mundo y utiliza la lectura como un elemento de poder.” Y advierte: “Hay que fomentar la lectura, pero hay que tener cuidado de no caer en una relación de dominio a partir de ella”.
Señaló también que la ruptura de la razón y la emoción, producida desde el racionalismo científico, han separado la actividad mental del resto del cuerpo como si al pensar y generar conocimiento sólo usáramos la mente. En realidad aprendemos con todo el cuerpo, con la vista, el olfato, el gusto, los oídos, con la piel. Primero sentimos y luego pensamos; sin embargo, al terminar una lectura los maestros no preguntan a sus alumnos ¿Qué sintieron?
Escuchar lo anterior resultó significativo, puesto en mi experiencia como promotora de lectura y docente la emoción ha sido la clave, y es curioso apreciar cuánto tardamos en reconocer lo que sentimos. Haz la prueba, cuando termines la lectura de un cuento o un poema no te preguntes ni qué quiso decir el autor –porque lo que quiso decir ya lo dijo en el texto— ni trates de explicarlo, pregúntate ¿Qué sentí? Pocas veces nos damos la oportunidad de sentir, no en vano Michele Petit mencionó una frase que nos ayudará a recordar esto “En el cielo te leen poemas y en el infierno te los explican”.
Michele Petit compartió su infancia con personas que tenían una fuerte relación con lo libros, sus padres, su maestro griego y latín, entre otros, y de ahí aprendió a amar los libros y generarse muchas preguntas en torno a la lectura.
Años más tarde –como ella misma contó—, en su trabajo como psicoanalista, donde escuchaba las experiencias de la gente, se dio cuenta que podía vincular la lectura como detonador de recuerdos, como una medicina natural. Esto la llevó a convertirse en antropóloga de la lectura, cuya actividad de investigación la ha basado en escuchar a otras personas, en escuchar sus experiencias lectoras. Así la investigación le ha servido para “desentrañar esas dudas que surgieron desde niña”, por que “al revisar mis trabajos de investigación me doy cuenta que también cuento mi experiencia lectora y hago referencias entre mis dudas y las experiencias de otros. Creo que también mi trabajo de investigación es una autobiografía disfrazada”.
Algunos investigadores dudan todavía en aceptar –como cuenta Michele— la experiencia como un acto de investigación. Sin embrago, “cuando ésta puede narrarse y compartirse se puede empezar a conocer al otro. Al oír hablar a los lectores comprendí que lo que se comparte con la lectura es lo más oscuro y secreto de nosotros”, lo que generalmente se concreta con la escritura, y esto es sumamente importante para los individuos en situaciones de crisis.
“No es raro que a muchos escritores les guste leer antes de escribir, ya que surgen conexiones inesperadas a partir de la lectura, es como aprender a ver un poco más, como un pensamiento que se abre al exterior. Por eso aquel lector que levanta los ojos de su libro mira a lo lejos.”
“Los escritores de literatura son observadores profesionales y lo que hacen es traducir experiencias personales y colectivas. Pero no tratan de hacer una radiografía de la vida sino una transposición de la experiencia, una metáfora.”
Leer, que también es escuchar, observar, sentir, es un acto que lleva a las personas a encontrarse con su propia historia, a leerse entre líneas y cuando comparten esta experiencia se convierten poco a poco en narradores de su propia historia. Sin embargo, como dice Grosman “lo que ocurre en el otro nos asusta”, por eso debemos dejar de usar los libros como una herramienta de colonización que pase por encima de los alumnos, sobre todo cuando algunos de éstos viven situaciones de crisis que ignoramos porque no nos damos el tiempo de escuchar.
“Los mediadores de la lectura: Maestros, padres de familia, promotores, deben de compartir el placer de leer, con libertad, para lo cual no hay recetas. Por eso la mediación es un arte.”
Michele Petit ha realizado también estudios de sociología, psicoanálisis y lenguas orientales. Es investigadora del laboratorio "Dinámicas sociales y recomposición de espacios" del Centro Nacional de la Investigación Científica de la Universidad de París I. Desde 1992 trabaja sobre la lectura y la relación de distintos sujetos con los libros desde una perspectiva cualitativa.
Entre sus obras se destacan: Lecteurs en campagnes (1993), y De la bibliothèque au droit de cité (1996), realizadas en colaboración con otros investigadores y publicadas por la Bibliothèque Publique d'Information del Centre Georges Pompidou, así como
Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura, y Lecturas: del espacio íntimo al espacio público, publicadas por el Fondo de Cultura Económica. (México, D. F. 28 de noviembre)

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